¿Es el Green Deal una causa perdida para los inversores?
Green economy - Green bond
Escrito por MoneyController el 29.10.2024
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¿Cuál es el futuro del «Geen Deal»? ¿Cuáles son las oportunidades y las numerosas dificultades a las que se enfrenta? Evidentemente, muchos se hacen esta pregunta, incluidos los inversores que se preguntan hasta qué punto puede ser estratégico centrarse en este conjunto de medidas de protección del clima y el medio ambiente.
El «Green Deal» es un conjunto de medidas diseñadas por la Unión Europea para luchar contra el cambio climático reduciendo el impacto contaminante de las actividades humanas. Como escriben Sylvie Goulard y Aure Keraron en «Affari&Finanza» («La Repubblica»), este proyecto destaca tanto por su ambición como por su articulación: abarca desde la preservación de la biodiversidad hasta la reducción de los llamados gases de efecto invernadero; desde el fomento de las energías limpias hasta la construcción «verde».
Sin embargo, uno de los problemas actuales del 'Green Deal' en Europa radica en que algunas de estas medidas ya han encontrado obstáculos en el Parlamento Europeo y en el Consejo Europeo: en este sentido, Sylvie Goulard y Aure Keraron mencionan el caso de la renovación de edificios con situaciones energéticas especialmente contaminantes, así como el de la normativa sobre pesticidas. Como informa «La Repubblica», asistimos, pues, a un «greenlash», es decir, a una reacción en contra del medio ambiente.
Actualmente, la situación parece jugar en contra de la transición energética y de las políticas «verdes», puesto que algunas industrias ya están en crisis: es el caso de la industria automovilística; el sector del automóvil, de hecho, corre el riesgo de verse aún más afectado por las medidas europeas destinadas a luchar contra las emisiones de CO2 y a promover la transición energética. Y es la competencia, principalmente de China, pero también de Estados Unidos, la que puede salir beneficiada.
Sylvie Goulard y Aure Keraron escriben, sin embargo, que no sólo hay que prestar atención a los objetivos a corto y medio plazo, sino también a los de largo plazo. El caso del sector del automóvil en este sentido sirve de ejemplo útil: a corto y medio plazo, el sector está en crisis y corre el riesgo de ver cómo se agrava su crisis, entre otras cosas por las normas más estrictas sobre emisiones contaminantes y transición energética: sin embargo, si el sector se queda atrás en la transición energética, el riesgo es que a largo plazo este sector deje de ser competitivo o lo sea en su conjunto.
En última instancia, Sylvie Goulard y Aure Keraron sostienen que una cosa es cuestionar la forma de alcanzar el objetivo y otra muy distinta cuestionar el objetivo en sí: en otras palabras, no hay que cuestionar la lucha contra el cambio climático o la transición energética, sino la forma de alcanzar este y otros importantes objetivos medioambientales y energéticos.
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