Inversiones
Mercados emergentes: ¿una inversión a corto o a largo plazo?
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Los elevados rendimientos han incrementado el interés de los inversores por los valores de los mercados emergentes, en particular por la renta fija (algunos bonos también se ven impulsados por la debilidad del dólar) y los fondos indexados. Sobre el potencial y los riesgos asociados a los bonos de los mercados emergentes, recogemos aquí el análisis de Polina Kurdyavko, responsable de mercados emergentes de BlueBay Asset Management.
Los dos billones de dólares de entradas en el segmento de la renta fija de los mercados emergentes muestran un interés creciente por parte de los inversores. Como explica Kurdyavko, lo que está llevando a los inversores a mirar con interés al mercado emergente es sin duda, entre otras cosas, los rendimientos que ofrecen, que en algunos casos alcanzan incluso los dos dígitos.
Según el gestor, el posicionamiento de los inversores podría adquirir un carácter estructural, en el sentido de que los valores financieros de los mercados emergentes podrían pasar a formar parte de una estrategia de cartera orientada al medio y largo plazo. Sin embargo, no hay que subestimar los riesgos tradicionalmente asociados a estas inversiones, que sin duda hacen menos fácil el paso de una asignación táctica (a corto plazo) a una estratégica (a medio y largo plazo).
La dinámica geopolítica, que ha provocado una reordenación de las alianzas internacionales, juega ahora a favor de los países emergentes: su alineamiento con los países occidentales, explica Kurdyavko, por ejemplo, podría dar lugar a acuerdos comerciales ventajosos. Algunos de los países emergentes pueden contar también con tipos de interés muy elevados, resultado de políticas monetarias restrictivas: es el caso de Brasil (mencionado por el responsable de los mercados emergentes), donde el coste del dinero es del 13,75%. En los países más pobres, sobre todo, la demanda de infraestructuras es fuerte y los inversores pueden encontrar soluciones alternativas para satisfacerla.
Uno de los problemas centrales de muchos países emergentes es la fiabilidad de sus instituciones, una condición que muchos inversores consideran crucial. Esto es aún más cierto en el caso de los mercados privados, donde la escasa liquidez resulta desalentadora si no se compensa con otras formas de garantía. Las políticas monetarias restrictivas, pues, señala Kurdyavko, tienen sus lados positivos, pero deben ser sostenibles a la luz del crecimiento: los tipos brasileños, se dijo, están en el 13,75%, pero el crecimiento del PIB, aunque elevado, es del 8,5%. En resumen, las garantías y la fiabilidad, si se demuestran, podrían dar un carácter estratégico y ya no táctico a las inversiones en los países emergentes.
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