Gas: ¿alerta temprana de subida de precios?

Materias primas

Escrito por MoneyController el 27.11.2024

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El precio del gas ha sido un tema muy discutido en 2022: ahora que se espera que el próximo invierno se sitúe en la línea de las bajas temperaturas de las medias históricas, es posible que el precio de la materia prima empiece a subir de nuevo en los próximos meses.

Europa depende cada vez más del gas natural licuado

Desde que la Rusia de Vladímir Putin invadió Ucrania en febrero de 2022, las fuentes de suministro energético de Europa han cambiado. Como se afirma en un artículo del «Financial Times» (FT), escrito por S. Tani y A. Smith, una de las consecuencias más conspicuas es que la cuota del gas natural licuado (GNL) ha crecido significativamente: del 20% en 2021 al 34% en la actualidad. Hoy, el precio del gas sigue siendo bastante bajo, pero lo que nos espera es un invierno que los meteorólogos prevén menos cálido que los inviernos especialmente suaves de los dos últimos años.

El suministro a Ucrania y un contrato que expira

La cuestión es que, como leemos en el FT, en el periodo invernal la demanda de gas no sólo aumenta en Europa, sino también en Asia. Actualmente, las reservas de gas están llenas, pero un invierno frío podría provocar un aumento de la demanda de gas de ambos continentes, lo que desencadenaría una especie de juego de precios al alza para ganar suministros. Por si fuera poco -señala también el FT-, el 31 de diciembre vence el contrato de lo que queda del suministro de gas ruso a Europa a través de Ucrania, es decir, el 5% de las importaciones del Viejo Continente.

Si disminuye el suministro, el precio del gas podría subir bruscamente

Pero hay más incertidumbres sobre el futuro de los precios del gas. Por un lado, escriben S. Tani y A. Smith, existe la posibilidad de que Europa tenga que ceder parte de sus recursos a Ucrania si Rusia dañara gravemente sus infraestructuras energéticas. Por otro, existe la posibilidad de que la situación en Oriente Medio provoque el cierre del estrecho de Ormuz, lo que supondría una reducción del 20% del suministro mundial de GNL (cuyo aumento de producción es aún pequeño). Por lo tanto, en el peor de los casos hasta ahora imaginables, se podría llegar a tener sólo hasta un 35% de las reservas llenas, lo que encarecería mucho el abastecimiento para el año que viene.

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