Oro, crece el interés de los inversores: ¿cómo invertir?
Activos de refugio seguro
Escrito por MoneyController el 07.11.2023
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El oro, aunque brevemente, ha superado los 2.000 dólares. La falta de incertidumbre en los mercados hace que cada vez más inversores se interesen por este activo tradicionalmente refugio.
Aunque por un periodo limitado, el precio del oro logró alcanzar la marca de los 2.000 dólares la onza. Más allá del cruce de tan crítico umbral, el repunte del precio del oro en las últimas semanas -especialmente tras los acontecimientos que desembocaron en la guerra de la Franja de Gaza- es evidente: de los 1.821 dólares la onza del 4 de octubre a los 1.967 dólares actuales.
Como escribe Mauro Di Gregorio en 'QuiFinanza', ante una situación de creciente incertidumbre, los inversores se comportaron de forma previsible: aumentaron su interés por activos refugio como el oro. En este sentido, Di Gregorio señala un aspecto interesante: esta fiebre del oro no sólo afecta a los pequeños inversores, sino también a los fondos profesionales y a los bancos centrales de algunos países.
En primer lugar, el Consejo Mundial del Oro señaló que las reservas de oro de algunos países aumentaron un 14% de enero a septiembre. Los países que más han aumentado sus tenencias de oro son Polonia, China y Turquía. En segundo lugar, por poner un ejemplo del sector de la gestión de activos, una encuesta de Saxo Bank reveló que los fondos de cobertura (hedge funds) también están cada vez más interesados en el oro.
Se puede invertir en oro de varias maneras: comprando lingotes o monedas físicas, invirtiendo en ETF que siguen el precio del oro, comprando acciones de empresas mineras de oro o mediante contratos de futuros y opciones. Los expertos señalan que quienes invierten en oro físico deben tener especialmente en cuenta los costes de almacenamiento y seguro del metal. Para quienes invierten en productos financieros relacionados con el oro, en general, se aplican las recomendaciones válidas para cualquier inversión: adaptar la inversión a la propia tolerancia al riesgo y a los objetivos de inversión -para hacerlo con eficacia, a menudo es inevitable contar con asesoramiento profesional- y, de nuevo, considerar cuidadosamente los costes.
Además de los costes, invertir en oro no está exento de riesgos: volatilidad de precios, riesgo de liquidez y falta de una rentabilidad fija (como en el caso de los bonos). El oro también se ve afectado por factores macroeconómicos, como las políticas monetarias. Además, existe el riesgo de fraude o falsificación (especialmente relevante en el caso del oro físico). Por último, pero no por ello menos importante, las minas de oro y los ETF pueden estar expuestos a riesgos corporativos y de mercado.
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