La euforia por el hidrógeno verde
Inversiones ASG
Escrito por MoneyController el 15.02.2021
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La euforia por el hidrógeno verde ha ocasionado un acelerón en los proyectos fundados en esta tecnología y para los inversores que supieron tener la visión suficiente como para apostar por ella en el momento adecuado, unas rentabilidades de escándalo.
El consejero delegado Rafael Luque, de Ariema, la primera empresa española especializada en hidrógeno y pilas de combustible. La compañía es, también, la asesora del fondo Renta 4 Megatendencias Fi Ariema Hidrógeno y Energías Sostenibles, el primer fondo orientado al hidrógeno del mundo. Desde el inicio de este vehículo de inversión, en febrero de 2020, ha ofrecido una rentabilidad del 139,7% hasta el pasado miércoles. Aquellos que participaron en el fondo desde su inauguración, han más que duplicado su dinero en poco más de un año.
Actualmente el hidrógeno verde está de moda. Todo el mundo presume de él y de proyectos que posiblemente no se hagan, porque se habla de diversos millones, pero todo está condicionado a subvenciones”, comienza explicando Luque. “Casi todos los proyectos grandes están pendientes de financiación. Hay demasiada información y es confusa”.
De entre todas las noticias, Luque recalca un dato que califica de clave para entender hacia dónde se dirige este mercado tan lucrativo hasta el momento. “De las muchas noticias que hay, una muy interesante es del Bank of America, que ha dicho que para 2050 el hidrógeno se habrá comido un 25% del negocio actual de petroleras y gasistas. Eso es tanto dinero y hay tan poca empresa especializada en hidrógeno que realmente la expectativa financiera es brutal”.
Entre las diversas formas de invertir en este mundo del hidrógeno, el fondo asesorado por Ariema prefiere una estrategia concreta. “Hay inversión de explotar instalaciones con empresas que se están posicionando en producirlo comprando las máquinas a otro. En el fondo que asesoramos el enfoque es invertir en empresas cotizadas con tecnología propia que son las que venderán equipos a todos los que quieren hacer instalaciones”, informa el experto. Debido a la particularidad y lo pequeño que es el mercado, sugiere, si se decide entrar en él, hacerlo de la mano de gente que entienda cómo funciona.
El verdadero boom
Un asunto importante aún por matizar será la incorporación del hidrógeno en la movilidad y el transporte, el sector que mejor paga el kilo de hidrógeno hoy en día. “Los coches de hidrógeno son capaces de recorrer 600 kilómetros llevando solo 4 o 5 kilos de hidrógeno para ese uso. Dentro del coche lo que llevo es el depósito de hidrógeno y una pila de combustible, con eso genero energía eléctrica y lo muevo gracias a su motor eléctrico. En vez de tener la necesidad de contar con baterías para moverlo, lo que hago es tirar del depósito de hidrógeno y de la pila de combustible”.
El ejecutivo recuerda que un vehículo de hidrógeno frente al vehículo de batería eléctrico tiene más autonomía y se carga en cinco minutos, con lo cual, para el usuario, el servicio que presta un coche de hidrógeno es el mismo que el que da uno de gasolina. En el vehículo eléctrico de batería no solo hay que andar cargando cada poco, sino que, sobre todo, el tiempo de recarga es elevado. Hay cargadores rápidos de media hora, pero si este fin de semana nos vamos desde Madrid a Valencia, cuando lleguemos a la estación de recarga y haya cinco vehículos eléctricos pues a ver qué hacemos”.
Al igual que en el resto de las partes del mercado, el progreso de los precios de las cotizadas expertas en hidrógeno se ve influida por la relación entre oferta y demanda. “Hay dos factores que influyen en el precio. Las posibilidades de inversión en empresas cotizadas especializadas en hidrógeno son muy pocas y hay mucha presión compradora. Muchos fondos de energías limpias ejercen una presión que, lógicamente, hace subir el precio. El factor clave es la expectativa de negocio a medio plazo. Bank of America prevé una cifra tremenda. Estas empresas que cotizan con capacidad de generar equipos, que son pocas, tienen por delante un negocio magnífico con muchas barreras de entrada. Las que ahora intentan desde cero ser capaces de fabricar equipos tienen muy pocas opciones frente a aquellas que ya cuentan con esa tecnología propia. Es un negocio enorme a repartir entre muy pocas empresas con capacidad de hacer esos equipos”, ultima Luque.