Eficiencia energética, la nueva clave del mercado inmobiliario

Tema: Mercado inmobiliario

Escrito por Francisco Martínez Márquez el 29.08.2023

En finanzas, el mercado inmobiliario –debido a la singularidad de cada inmueble y a la ausencia de un cotizado regulado en comparación con otros mercados financieros–, se distingue mucho de otros mercados de activos. Cierto que existen normas que marcan la compraventa y alquiler de propiedades, así como estrictos requisitos de construcción y zonificación, eso sí, distintos para cada área geográfica. Pero como cada propiedad es única y no existe un mercado uniforme o estandarizado, el resultado se traduce a menudo en una generalización de los precios desde el lado de la oferta. En otras palabras y por poner un ejemplo, si pongo a la venta una casa de 100 m2 en Valladolid, me fijo en el precio por metro cuadrado de propiedades similares en la misma área. Sin embargo, este enfoque es poco profundo y limita la precisión de la valoración, al no considerar otros factores relevantes.

La crisis del 2008 nos enseñó que no se puede generalizar tanto la fijación de precios, ya que el valor por metro cuadrado no es uniforme en todos los lugares. ¡El metro cuadrado no vale igual en el barrio de Salamanca que en el pueblo! Y esta discriminación persiste hasta hoy, siendo consecuente con el criterio de ubicación de las propiedades. Sin embargo, a partir de ya y cada vez con más frecuencia, el criterio adicional para la discriminación será la eficiencia energética de la vivienda. Un factor al que no se le presta aún la atención debida y sobre el que las administraciones públicas están incidiendo desde hace tiempo.

A mejor calificación energética, mayor valor del inmueble

 

La Certificación Energética de Edificios y Viviendas se está convirtiendo en un factor crucial. Esta etiqueta, que nació en 2013 y que desde entonces es obligatoria para todos los inmuebles que se ponen a la venta o alquiler, contiene toda la información sobre el consumo energético y las emisiones de CO2 de un inmueble en una escala que va de la A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente), proporcionando a los compradores y arrendatarios información vital sobre el consumo de energía del inmueble y los costos asociados.

A día de hoy, ya no se puede vender o alquilar sin disponer de certificado energético, pero muchos propietarios lo obtienen todavía por mero trámite administrativo, como si de una tasa se tratase, sin darle demasiada importancia a sus implicaciones reales: los consumos energéticos de dicho inmueble y/o vivienda en función de situación, orientación, nivel de aislamiento o equipaciones (electrodomésticos, iluminación, calefacción,…), entre otros. Al ser las edificaciones uno de los sectores económicos que más energía consume (30% del total) y ser responsable de, aproximadamente, el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, es previsible que esta certificación influya cada vez más en las decisiones de compra y alquiler, ya que viviendas con calificaciones energéticas superiores se valorarán más.

2033, fecha límite para vender o alquilar vivienda con calificaciones energéticas por debajo de D

 

De hecho, 2033 se vislumbra ya como el punto de inflexión o fecha límite para vender o alquilar viviendas con calificaciones energéticas por debajo de D, a día de hoy el 80% del parque español. Los inversores informados ya están al tanto de esto, mientras que el resto de inversores y propietarios deberán incorporar tarde o temprano esta variable en la ecuación de su inversiones inmobiliarias. Irremediablemente el resultado será una mayor demanda de viviendas con altas calificaciones energéticas (en obra nueva, por descontado) y una mayor oferta del resto. Esto, inevitablemente, impactará en los precios, tanto de compraventa como de alquiler.

Desde hace meses, los propietarios bien informados están aprovechando los fondos disponibles, deducciones fiscales y bonificaciones municipales para mejoras energéticas de viviendas. En los próximos meses la demanda de estas ayudas aumentará, aunque la disponibilidad de las subvenciones e incentivos enfocados en esta dirección es incierta. Lo más probable es que se prolonguen, teniendo en cuenta que la revalorización del parque de viviendas será tanto mayor cuanto más rehabilitado energéticamente esté y esto tendrá un efecto positivos en los ingresos fiscales derivados de la tenencia y transacciones inmobiliarias.

Respecto a tus inversiones inmobiliarias, ten siempre presente:

 

  1. Tener una perspectiva distinta al promedio de participantes del mercado inmobiliario y orientar tus decisiones en la dirección correcta, te ayudará a tomar decisiones acertadas.
  2. Integrar cuanto antes el criterio de eficiencia energética en tus inversiones en bienes raíces te dará acceso en estos momentos a subvenciones y beneficios fiscales que, a día de hoy, se desconoce por cuanto tiempo más continuarán vigentes.
  3. Considerar la importancia emergente de la eficiencia energética en las decisiones inmobiliarias para evitar errores pasados como los que sufrieron muchos a partir de 2008 cuando vivieron una realidad que no conocían en el mercado de la vivienda.
  4. Darle importancia a la Certificación Energética de Edificios como una herramienta esencial para la toma de decisiones informadas en el mercado inmobiliario.

 

 

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